En las Escrituras observamos muchos pasajes donde se mencionan las características de un soldado haciendo un paralelo con la vida cristiana: el valor de la fe, la disciplina, la obediencia, el compromiso y la fidelidad, el esfuerzo y la valentía, etc. Pensando en nuestras vidas y en cómo hacer para que todas estas características Dios las desarrolle en nosotros, podemos sacar como conclusión que para tener el carácter de un soldado, es necesario hacer lo que hace un soldado. Las acciones cotidianas van constituyendo hábitos que forjar nuestro carácter. Por eso nuestro Señor insiste tanto en que seamos fieles en lo poco. En lo poco, vemos el nivel de nuestro compromiso y obediencia pero también, en lo poco vemos el Poder de Dios. (Mateo 25:23) Esta batalla en la que estamos insertos, modela nuestro carácter e impacta en nuestra misión: la de id y hacer discípulos. (Mateo 28:19-20) Tener una perspectiva correcta es clave para entender que esta guerra ha sido ganada por nuestro Señor Jesús, pero que todavía, nuestra tendencia al pecado nos sigue librando batalla. Nuestros enemigos en esta guerra son “pasiones carnales que combaten contra el alma” (1 Pedro 2:11), la ley del pecado que “hace guerra contra la ley de mi mente, y me hace prisionero de la ley del pecado que está en mis miembros” (Romanos 7:23), y el diablo que era “un asesino desde el principio… y el padre de la mentira” (Juan 8:44).* ¿Cómo salir ilesos en esta batalla? Viviendo y luchando como un buen soldado! Para esto analizaremos cómo era un típico día de un soldado romano.
estrategia de guerra
Los comentarios están cerrados.
|