Para este bebé, todo cambió cuando sus padres le pusieron los lentes. Su mirada fue otra y su percepción de la realidad también. Al principio fue incomodo, molesto e incluso para el pequeño, pudo ser frustrante lo que hacían sus padres. Pero era necesario para que pueda ver. Lo mismo para con nosotros. Cuando El Señor renueva nuestra forma de ver las cosas, todo cambia. Puede ser difícil el proceso, pero vale la pena. Es allì cuando podemos experimentar su presencia y cuidado en cada detalle. Podemos ver de una manera nueva y distinta a las personas, las circunstancias e incluso los problemas y las dificultades de la vida. Tener la mirada de Cristo, nos permitirá sentir y pensar como Él. Para pensar... ¿Cómo sería nuestra vida si nos pusieramos "Los lentes de Dios"? Los comentarios están cerrados.
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Junio 2020
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